sin lugar a dudas, su mirada refleja el alma transparente que lleva dentro.
Aún queriendo, no puede ocultar sus más profundos sentimientos;
tal como el oleaje de una marea alta a media noche.
Tan bella, mi linda querida;
tan frágil, mi tierna margarita.
Mi niña, deja la tormenta tranquila pasar;
que el Sol mañana volverá a su lugar.
Disfruto tu sonrisa al recibir amor;
al recibir luz, mi tierno girasol.
Pequeña la dulce melodía;
que en tu alma espera,
mi linda soñadora.
Anna