domingo, 20 de junio de 2010

Tener sin poseer.

¿Por qué? La pregunta por excelencia, de nosotros, los seres humanos. Individuos con una capacidad para desarrollarnos en diversos ámbitos de nuestra existencia. Libertad... un término definido por diferentes diccionarios, por distintos filósofos. Palabras, no más que palabras, me otorga ese pequeño enunciado que osa definir esta simple palabra en su superficialidad pero compleja intrínsecamente hablando. Hoy no fue un día para expresarse en palabras con musicalidad, hoy es día para ser, pensar y escribir (en ese orden). A lo largo del trayecto de la vida de un individuo conocido, he aprendido varios aspectos sobresalientes de su forma de vivir. Hoy he decidido únicamente basarme en un sólo aspecto en relación con el término libertad.
Por más ordinario que paresca, un sentimiento que sobresale, es la búsqueda del compromiso. Personas que se casan buscando un compromiso, individuos que se esclavizan con el trabajo, con el hogar, con la internet, con el teléfono... una infinidad de actividades y relaciones que nos llevan a una sola cosa: compromiso. ¿Qué es lo que nos atrae hacia este término? Quiza la dificultad que éste causa, la monotonía a la que puede llegar, no lo sé.
El buscar una persona con esta característica especial, ha sido un hábito que hoy se vive tanto en la vida cotidiana como en los medios masivos de comunicación. Una persona con compromiso denota responsabilidad, seriedad, seguridad, entre muchas otras cosas. ¿Será el camino mas fácil buscar personas que ya tengan un compromiso? ¿Qué dice de ellas mismas el hecho de que puedan romper un compromiso ya adquirido para conseguir otro? Muchas preguntas se derivan de este tema.
Haciendo aun lado los prejuicios sociales que la vida nos presenta, me gustaría tocar un tema que se da en todos los seres que habitan este planeta: el amor. El amor es libre. La libertad se expresa con el amor. El que ama es libre. El que es libre ama. Amar a una persona que tiene un compromiso en el que no te encuentras involucrado deja una enseñanza que no puedo dejar pasar. La libertad no me la entrega nadie, no me la quita nadie. La libertad viene de donde debe de estar: dentro de ti.
Amar y recibir amor en estas condiciones entrega felicidad. No sé si por igual, diferente, mejor o peor, pero se es feliz. La libertad radica en aquel que puede entregarse a si mísmo por completo, como aquél sabio (y supongo que filósofo) Paulo Coelho dice que la verdadera experiencia de libertad se da en tener lo más importante del mundo sin poseerlo. No lo puedes perder, porque no te pertenece.
Pero ese amor que al no tener compromiso alguno, es dado por simple razón del corazón (verso sin esfuerzo e ironía total pues "el corazón no razona"), es un sacrificio divino. Es como dar algo sin esperar algo a cambio (aunque secretamente lo esperas). Es un riesgo que día a día tomas, porque lo que puedes conseguir supera millones de veces lo que puedes llegar a perder.
Mi consejo: ama sin condiciones. Vida sólo una y lo que realmente hace valer la pena el tiempo aqui en la tierra es eso... amar. Corre riesgos, cae, levántate... aprende. Logra todo aquello que quieras hacer, no te detengas por nada.
Sé feliz... sé libre.

Anna

martes, 8 de junio de 2010

Costa del Cielo

Innecesaria mi lucha contra el viento,
indiscutibles tus palabras contra las mias,
mi alma aunque cautelosa por las experiencias vividas,
no deja de tartamudear ante tanta osadia.

Mis pensamientos fracasan ante la inutilidad de las palabras,
mi alma resuena al ritmo de las notas,
mi mirada poco a poco desciende de las nubes
para aterrizar en tu terrible serenidad.

Cielo que en la costa llevas mi alivio,
tranquilo déjame lentamente respirar,
que aunque mis ojos claros a ti pertenezcan,
mi alma a la tuya espera paciente.
Anna