jueves, 15 de noviembre de 2012

Si bien la luz nos llega a todos en algún momento, creo que hay veces en las que necesitamos luces que nos guíen a través de nuestra vida. Es inconcluso pensar que estamos en este mundo solo por ser y solo por estar, es necesaria una estrella en el firmamento para hacernos pensar y crecer juntos por los sueños que tanto merecemos resolver.

Y bien, ni por donde comenzar, si no por una disculpa y una súplica de perdón desde el fondo de mi corazón. Y no sólo a ella por su reciente partida, si no a todas las personas que he tocado con tan solo una mirada. No ha sido lo suficientemente impactante para reconocer la verdad, la falta de valores existentes en nuestras vidas. Es cuestión de entender y ser humano, porque la vida es así. Sin embargo, en momentos en los que los ojos los tenemos vendados y no logramos ver la realidad, podemos caer. Sinceramente espero que haya donde estés, seas feliz y sepas que de corazón me arrepiento de todo lo que dije y todo lo que hice. Y yo se que probablemente lo sepas, sin embargo, mi corazón no está tranquilo si no lo pongo por escrito.

Porque así somos las personas, los humanos. Creemos que el castigo es la mejor solución para expiar las penas y vaya.. que ya he aprendido de eso. No es por volver a viejos andares, pero la escritura poco a poco desahoga el alma y el espíritu.

Me preocupo por ver quién soy. Porque eso hacen este tipo de cosas, te abren los ojos... te quitan la niebla que se interpone entre la realidad y lo que gustas ver. Me preocupo por los que ahora son mis amigos, y por los que ya no. Quisiera ocuparme en decirles lo mucho que lo siento y, que aunque se que lo que se rompió no volverá a estar unido, estemos en paz. Puede que de la casualidad que la única que no está en paz con su culpa sea yo... pero en cualquiera de los casos creo que es justo externar mi sentir. Ojalá fuera posible.

Lo siento. Por ella, por su familia y por sus amigos... incluso por los que algún día, también, fueron los míos  Quisiera decirles que en mi corazón está un perdón esperando salir y si quiera llegar desde hace mucho tiempo. Se que no es tiempo, y probablemente nunca lo será, pero a pesar de todo, siento su pena.

Esto es por ella, por ustedes y por mí. Porque el día en que decidan regresar, dejaré mi orgullo atrás y aquí estaré. Como siempre.

Con amor.






Anna


En tu recuerdo, Paola.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Creo que lo único que puedo decir hoy, es que somos ciegos.

Y no porque este mal, ni necesitemos lentes para ver la realidad. Es cuestión de entender que la realidad no es lo que nos hace felices, si no el simple hecho de sentir y ser la realidad que nosotros queremos ser. ¿Cuántas veces hemos intentado ser algo que no somos, ver cosas que no son y sentir cosas que pensamos sentir? Somos humanos y la realidad que tenemos no es la misma que percibimos.

Mi mundo en sí, no es lo que ustedes piensan. Ni lo que yo pienso. Sin embargo, y la mayoría de las veces me hace feliz. Se cómo soy y tal vez como debería de ser, pero, como siempre he dicho, entre lo que debo hacer y lo que hago, puede existir una gran diferencia.

Me gusta como soy y no quiero, ni creo poder cambiar. No siempre hago feliz a todos los que me rodean, pero crean, dentro de lo más sincero de mi ser que me preocupo por ustedes. Que me hacen feliz con cada día que pasa, y que no cambiaría mis amistades por nada del mundo.

Claro que muchos, son los primeros que pienso cuando quiero hacer algo y se que soy su último recurso para que ustedes hagan algo. Me parece justo, al fin y al cabo, no suelo tener una paciencia tan grande.

Lo siento, quisiera decirles que mi corazón es enorme y mi paciencia mejor aún. Pero no soporto la traición y menos estar en segundo lugar. Sé que conmigo no vas a ganar. Aclarando que esto no va para nadie en especial y que sólo dejo mis dedos escribir una mis prosas mas incoherentes, siento que soy lo que soy gracias a mí, y también a ustedes. Lo malo y lo bueno.