viernes, 25 de noviembre de 2011

El milagro de creer en lo imposible.

Se que dicen que creer es de ingenuos,
o que creer es una cosa demasiado sencilla.
Tal vez otros piensen que creer es imposible,
pero no hay cosa más compleja que creer en lo que no existe.
Creer en lo imposible es un reto que no logramos percibir,
nuestra lógica tan congelada no nos permite llegar más allá.
Es difícil dejarse llevar por lo inexacto,
y una constante vivir con lo aprendido.
Pero, ¿qué ha hecho nuestra sociedad con nuestra mente maestra?
¿qué nos le ha pasado a nuestra intuición al buscar la ciencia exacta?
No hay una respuesta perfecta a ninguna de estas interrogantes,
más que la certeza de que la razón a veces se deja llevar por el corazón.
Y es que al corazón no lo puedo dejar atrás,
porque por más que lo intento la vida me regresa a él.
Porque el creer es cosa de un milagro divino,
el creer tiene sus bases en una lógica perdida.
Y, ¿qué del vacio al que, por más magnetismo, no nos dejamos caer?
y, ¿qué del suelo que, por mas que lo intentamos, no nos deja permanecer de pie?
Es inevitable sentir la atracción al vacio que nos invita a caer,
al igual que es imposible evitar el sentimiento de no poder levantarse.
No hay cosa mas efectiva que creer en lo imposible,
hacer de lo que no existe, una cosa tangible.
Creer de corazón, creer que existe,
creer que es posible.
Anna