la vista de cualquier gesto al mundo,
una mirada de cariño sincera,
luz blanca irradia entre ellos dos.
Nadie entenderá nunca como se encontraron,
y menos como decidieron compartir expresiones,
pero la nobleza y el sincero cariño expuestos,
derriban cualquier barrera social.
Una amistad no comparable con ninguna otra,
y aunque se le comparase: única,
inolvidable para el corazón,
y tierna para el alma.
Nadie supo como es que una frase tan sencilla,
pudo atravesar una mente tan ocupada,
poco a poco un alma decidida,
logro ocupar un lugar en su vida.
Un cariño no comunmente admirado por los hombres,
desarrollado en el lugar menos indicado,
Todo un gusto de Dios,
grabado en el corazón del mundo.
Y aunque ni un alfiler se encuentre entre sus almas,
el secreto de un cariño sencillo se esconde en las sombras,
iniciado por un intercambio de miradas,
y otras más, palabras.
Anna
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