jueves, 9 de junio de 2011

Reflexión: A mis amigos.

Hace ya un año casi desde que me fui a estudiar-vivir a Monterrey, N.L. Esta es la cuarta vez que vengo a Tijuana desde entonces y la primera vez que me pongo a escribir esto.

No lo puedo evitar, no puedo evitar sentirme triste cuando llego aquí. Una semana antes de llegar a Tijuana, estoy feliz... pensando en que voy a ver a mi familia, a mis a mis amigos. La primera semana mis papás son los mas contentos de verme aquí, vamos allá, vamos aquí. Con ustedes, mis amigos, pasa algo similar. Pero los días pasan, y apenas es mi tercer semana aquí, y ya siento que me quiero regresar. Extraño mucho a mi novio y sin duda eso me parte el corazón, pero tengo algunas otras razones por las cuales siento todo eso.

Había olvidado lo sola que se siente esta casa. Mis papas nunca están y cuando están no hablan. Cuando hablo no me escuchan y si me escuchan, critican. Muy pocas veces al año, tengo una conversación que valga la pena. Mi hermano se ve contento de que esté aquí, pero, mi hermano es mi hermano (no puede dejar de molestarme, porque esa es su naturaleza).

Mis amigos, ustedes mis amigos, son una historia similar. No los culpo, de ninguna manera. A nadie, supongo que debe de ser así. Se que me conocen, y probablemente sienten que esto exagerando, pero yo creo que siempre he sido así y necesito escribirlo para poder sentirme mejor. Me encanta verlos, siempre, a todos. Se que mientras estoy en Monterrey estoy muy desconectada de ustedes, trato siempre de escribirles, pero no puedo organizarme para mantener una comunicación constante... me disculpo por eso. Cuando llego aquí y veo mi casa, es difícil verla sin ustedes. Se que todos tienen muchas cosas que hacer, nuevos amigos y algunos otros mejores, mejores amigos. Supongo que me mal acostumbre a verlos diario en la escuela, salir a comer juntos y salir los fines de semana. Los extraño cuando estoy lejos y los extraño aún más cuando estoy aquí, en mi casa. Extraño que me cuenten cosas, su vida, sus problemas, las cosas que les pasan, extraño contarles lo que me pasa y al igual, todo. Cada una de las vacaciones que he regresado, me doy cuenta un poco más de eso...

Los extraño, extraño todo. Se que las cosas cambian, al igual que los amigos. Sepan que yo los quiero igual que como los quería en la prepa. Es difícil, muy difícil para mi, estar aquí.

Si llegan a leer esto por accidente (que lo dudo) o porque yo se los haya mencionado, no se ofendan. No les pido que cambien, ni lo estoy esperando. No los estoy culpando, mas bien reconozco que las cosas cambian. Sólo me desahogo.

Gracias,

Cristabel

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